lunes, 16 de marzo de 2015

Proud

Hoy estoy inspirada. Os voy a soltar la parrafada.

He recortado camisetas que no me ponía desde hacía ya mucho tiempo, por estar estropeadas de tanto lavarlas, tener los dibujos estropeados, haber dado de sí la tela, en fin lo típico. Les di una segunda oportunidad, porque siempre quise mantener para siempre la ropa que me ha marcado la juventud. Me daba lastima tirarla para comprarme camisetas nuevas... Tantos recuerdos, tantos veranos, ... Así que les di una segunda oportunidad y una segunda vida.

Como yo, que soy también un poquito ave Fénix, renacieron mis recuerdos y pasaron del cajón al objetivo.

Me atreví a cortarlas a un sabiendo que me dolería que quedaran para trapo... Pero quien no arriesga, no gana, no? De qué sirve tener oculta entre polvo la ropa que mas te gusta aunque tenga ya casi cinco años?

Confíe en mi misma, me arrisgé y... Gané. Resucité. Aquí tengo otra vez a mi querido Jack, ya no me avergüenza que esté estropeado. Ahora es moderno, como los vaquecos que venden ahora ya rotos, por ejemplo.

Todo esto suena a gilipollez profunda... Pero a mi me hizo tremendamente feliz ver los resultados. Y es que, en el fondo, me fío menos de mi misma que del "solo las puntas" de las peluqueras (sin ofender, hay algunas que sí entendéis el termino popular).

Y me di una segunda oportunidad. Quise enseñar lo bien que me han quedado y, fíjate tú por donde, me ha salido una sesión fotográfica improvisada. Con lo que me gusta a mi disparar y la de tiempo que llevaba sin cargar la batería si quiera... Se me había olvidado que, fuera de los trabajos y encargos que me piden, la cámara era mía y podía usarla para crear.

Y creé una escena como si tuviera un estudio, pero con mi trípode y mi ventana de luz natural, mi flash precario y mi objetivo básico. Y no me hizo falta modelo. Enfoqué a la pared de la que tanto me quejaba de vacía, de sosa, de neutra... Y resulta que es perfecta tal y como es. Y le di una segunda oportunidad a la pared también.

Esta sesión se titula Proud, porque estoy orgullosa de todo lo que me envuelve. Todo. Estoy agradecida de tener los recursos que tengo y de haber podido enfocar mi punto de vista de otra manera. Menos quejarse y mas exprimir los recursos. Orgullosa, de ser original y ser fiel a mi misma y a mi forma de vestir siempre y para siempre. Orgullosa de las raíces de mi pelo, porque eso quiere decir que me crece muy rápido, todo lo contrario que antes. Quiere decir que pronto tendré el pelo como a mi más me gusta. Orgullosa, porque, digan lo que digan, me encanta el color que he conseguido. Le llames como lo llames, lo he hecho yo y me enorgullezco de por fin experimentar con mi cabello lo que siempre quería de pequeñita. 

Orgullosa, de ser yo modelo y yo fotógrafa. De mi cuerpo. No tengo de qué avergonzarme, no voy a esconderme mas tras el objetivo. Ahora tiro mis fotos por gusto y por pasión, y por amor al arte, digan lo que digan los demás.

Orgullosa, de haber encontrado dentro de mi, en mi pasado, mi futuro. Y es que siempre quiero ser así. Moriré como la abuelita jevi para mis conocidos. Y como alguien que no sigue la corriente para los demás.